jueves, 22 de mayo de 2008

Protestas

Soy un fiel defensor de las protestas. Cuando una persona o un grupo de personas se sienten perjudicados, traicionados o defraudados por una determinada decisión política, empresarial o de otro tipo una de las principales medidas que pueden adoptar es salir a la calle y mostrar su rechazo.


Es cierto que al salir a la calle a mostrar tu posición conviertes tu problema en público y te arriesgas a recibir críticas tanto en lo relativo a tu posicionamiento como en aspectos más personales que no vienen a cuento. Conozco de primera persona esa sensación de haberte convertido en asunto de debate y que en medios de comunicación algún periodista humille tu protesta y que otros, menos periodistas pero mucho más borrachos, te descalifique personalmente sin haber cruzado en su vida una palabra contigo.

A veces esas críticas a los "protestones" se pueden volver en tu contra. Algo así le hapasado a Pablo Grosso, hostelero gaditano que ha tenido la "fortuna" de resultar adjudicatario de un beneficioso concurso para hacerse con un restaurante en pleno espacio público del frontal marítimo de Santa María del Mar. El pasado martes 14 casi un centenar de personas salieron a la calle a protestar contra la decisión del Ayuntamiento de otorgar un restaurante en ese enclave y Pablo Grosso, viendo peligrar tan suculento negocio, descalificó la protesta señalando que allí solo había "viejos y hippies" como si unos u otros no tuvieran el derecho a protestar.

La protesta no era contra él sino contra el Ayuntamiento, pero el íntimo amigo del cerebro en la sombra se vio en la obligación de salir en defensa de sus mecenas. Y la cagó (con perdón de la expresión). Porque su frase ha caldeado los ánimos de mucha gente que no está dispuesta a que le arrebaten un trozo de suelo público para beneficio de un empresario. El martes 20 se repitió la convocatoria y del centenar pasaron a 300. Supongo que allí habrá padres de familia, mujeres divorciadas, jóvenes en paro y con trabajo,... además de viejos y hippies. Algunos probablemente de los que antes iban a los restaurantes del señor Grosso.

Desde mi ventana apoyo la protesta y, aunque físicamente no podré estar los martes a las ocho en Santa María del Mar por motivos laborales, me permito convocar a todos los itneresados, indignados, cabreados, afectados,... Porque a veces las protestas sirven para cambiar las cosas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo si estaré. Es de justicia. Este empresario tiene ya varios restaurantes. ¿ Es necesario ahora que usurpe espacio público para otro más ?. No se quien asesora a Teófila pero me temo que le juega una mala pasada. Seguro que se hecha atrás, es que no tiene sentido.

http://www.cadizcentro.net/documentos/plazasantamariamar7_01.jpg

alfon.