El Marine I y el Happy Day
Desde mi ventana no se ve el mar, pero eso no impide que venga a mi recuerdoi la historia de las personas que trataron de escapar de una realidad asfixiante y dolorosa subiéndose a un barco negrero que tenía como rumbo la Europa de la riqueza y la prosperidad. Sin embargo, estos seres humanos no sabían que lo que les esperaba era un calvario de dos meses de viaje a los que sumarían otro calvario legal y jurídico antes de regresar, en su mayoría a sus países.
El caso del Marine I fue un ejemplo de cómo no se debe gestionar una situación de este tipo si se pretenden respetar los derechos humanos. España detectó el buque y estuvo jugando al gato y al ratón con más de doscientas personas, Mauritania y Senegal. Todo por no llevarlos a un puerto español y aplicarles los derechos que nos hemos dado como estado democrático, progresista y todo eso que nos venden algunos que somos.
Casi tres meses después, todavía algunas de estas personas permanecen hacinadas en una nave de pescado en un puerto de Mauritanía, llevados allí, interrogados y detenidos por policias españoles.
Ahora un nuevo buque ha sido detectado en Senegal. Su nombre es el paradójico Happy Day (día feliz). Esperemos que en este caso la situación se gestione mejor y que se respeten los derechos que estos inmigrantes tienen por el mero hecho de ser personas. Aunque en esta ventana no confiamos demasiado en este tipo de utopias.
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