La parte contratante de la primera parte...

Estamos en la quincena posterior a las elecciones municipales, una semana antes de la constitución de los ayuntamientos y lo que resuena por todos los rincones políticos es la palabra pacto.

En Cádiz, ante la hegemonía incontestable de Teófila, los pactos se centran en ocupar el sillón de la Plaza España, en la nunca suficientemente bien considerada inútil Diputación Provincial. Ahí el pacto se fragua entre el PSOE e Izquierda Unida y ese acuerdo a nivel provincial, para poder controlar la administración que más y mejores "asesores" psoee, perdón posee, condiciona el resto de acuerdos en la provincia.

Y surgen dos voces díscolas, una por cada bando. En Izquierda Unida, el candidato en Chiclana que no está dispuesto a que su municipio siga siendo el coto privado de la derecha disfrazada de socialismo que impulsa un urbanismo aterrador. Algunos amenazan con una segunda Marbella si cae el Ayuntamiento de Chiclana y González Cabañas y los suyos se empeñan en forzar a IU a que no tome ninguna determinación en contra de los intereses de la casa común de la izquierda.

Enfrente Ana Mosquera, candidata socialista a la alcaldía de Puerto Real que no quiere, bajo ningún concepto que Jose Antonio Barroso siga siendo el alcalde de Puerto Real, sea con sus votos o con su abstención.

En el fondo nos encontramos con el problema de las maquinarias partidistas enfrentadas a las posiciones personales de los candidatos. Como casi siempre se impondrá ese gigante que habitan en la Plaza San Antonio que podrá ofrecer a Mosquera una salida digna, un cargo público, sin necesidad de volver a enfrentarse a su electorado que no le perdonaría la traición de consentir con la reelección de alguien que se ha mostrado como su más encarnizado enemigo.

Más difícil lo tendrán en la calle Sagasta porque allí no manejan los puestos y los futuros con tanta displicencia. El ejemplo de su candidato en Tarifa hace algunos años es paradigmático. Así pues en Chiclana todo dependerá del grado de sumisión del ínclito Butrón para con el organigrama provincial. Pero no se preocupen, el acuerdo en Diputación no saltará por los aires, por la cuenta que les trae.