martes, 5 de junio de 2007

Al pairo

En España los jóvenes no pueden acceder a una vivienda digna. Los precios de las casas están desorbitados y la precariedad laboral, la inestabilidad y los bajos salarios hacen que muchos universitarios sigan viviendo en casa de sus padres durante años y que el proceso de emancipación sea cada vez más difícil y costoso.

En Cádiz la situación se agrava porque tenemos una de las tasas de desempleo más altas de Europa y, además, la escasez de suelo unida a la política municipal favorable a los intereses de los especuladores está haciendo que la pirámide poblacional en Cádiz se esté invirtiendo. Apenas hay jóvenes en nuestras calles y más de 15000 gaditanos han tenido que emigrar, abandonando la ciudad que les vio nacer, obligados por las circunstancias laborales y de vivienda.

La droga es una lacra que cada vez afecta a más personas. Ha mutado sus fórmulas tradicionales de exclusión pura para incorporarse a la normalidad de una sociedad enferma. La cocaina ya no se ve como un estigma sino, más bien al contrario, como un elemento de categoría y poder económico.

En el fondo nuestra sociedad está mutando sus valores y está poniendo en el centro el consumismo, el éxito, el triunfo sencillo olvidando los valores de la dignidad humana que deben ser siempre el núcleo de la vida en sociedad. Nuestra Constitución así lo reconoce, pero es que la Constitución es, cada vez más, papel mojado.

Y así podría seguir exponiendo las cosas que me preocupan de verdad. Otras, como los vascos y ETA hace mucho que me la traen al pairo. Por más que se empeñen en pretender ser el centro de atención. El mío no lo son. Nunca.

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