Jueces o estrellas
Una anécdota. Hace unos meses estuve en Madrid. Una tarde, almorzando en el restaurante Momo (que recomiendo efusivamente, en especial su pastel de queso) entré en el baño. De pie ante el snitario, me sentí extrañamente observado. Giré la cabeza y en la pared aparecía la foto de tres individuos.
Pude reconocer a dos de ellos. Boris Izaguirre y Jesús Vázquez son rostros que, al fin y al cabo, invaden mi intimidad cada vez que enciendo la caja tonta mientras que busco alguno de los escasos programas del panorama televisivo que merecen mi atención. Eran, por tanto, dos caras conocidas para mi. No ocurría lo mismo con la tercera. Cuando presté mayor atención a la imagen leí el nombre: Fernando Grande-Marlaska.
El nombre sí me sonaba. El hiperfamoso juez de la Audiencia Nacional, uno de esos superjueces, jueces estrella o como quieran llamarlos que lo mismo combate ETA, encarcela a Arnaldo Otegi, sobresee el caso del Yak-42, persigue a independentistas gallegos,... En algunos casos, incluso, jugando en esa delgada raya que separa lo que es conforme a Derecho de lo jurídicamente aceptable. Todo lo que sea necesario para ser portada de periódicos, entrar en informativos, abrir el telediario,...
El otro día me topé con otro de estos jueces estrella, aunque en la escala reducida del nuestro reducido entorno . Se llama Miguel Ángel López Marchena, es juez de Primera Instancia e Instrucción de El Puerto de Santa María y ha decidido interpretar como le da la realísima gana las normas de obtención de nacionalidad española. Como suele hacer con el resto de las normas.
Si en alguna ocasión mis lectores tiene un pleito, les deseo que queden libres de los jueces estrella. Porque en muchos casos no son jueces, sino estrellas.
1 comentario:
Qué razón tienes. A otros niveles, ya casi estelares, la superestrella del firmamento, el superjuez Garzón, que dictamina, ordena, hace y rehace según lo aconseje el momento, la jugada o quien sabe qué. El juez que según le parece los buenos son malos o buenos según sople el viento y según la circunstancia mediática. En fin, que más decir de este hipermegajuez, el gran azote de ETA.... en aquellos tiempos, claro.
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