domingo, 11 de abril de 2010

On air: Política, crítica y democracia

Hace ya más de tres décadas en las mesas españolas no se podía hablar de política. Al menos cuando los mayores estaban presentes. El miedo que venía de la mano de la palabra política hacía enmudecer a todos. Cuentan que el Dictador le dijo un día a sus allegados: “Ustedes, hagan como yo, no se metan en política”. Se trataba de desmentir así aquella aseveración de Aristóteles de que el hombre es un animal político.

Sin embargo, la realidad está más cerca de Aristóteles que de la visión de la España falangista. La política impregna nuestra vida. A veces se relaciona de forma negativa con esas discusiones vacias que tanto gustan a los parlamentarios, concejales y hombres de partido. Pero no. La política es mucho más. Es política la decisión de un Gobierno de subir unos impuestos o bajar otros. Como es política la decisión de un Ayuntamiento de poner un semáforo en una calle. Desde lo más grande a lo más pequeño, tal y como reza el eslogan de la cadena de televisión del equipo de gobierno municipal.

Por eso me parece fantástico que cada vez surjan en Cádiz más plataformas ciudadanas en defensa de determinadas decisiones. Decisiones políticas, por supuesto. Probablemente alentadas estas plataformas en el éxito de la que se propuso salvar la Aduana y lo consiguió florecen plataformas: +tranvía, salvemos la Caleta, contra la plaza de toros multiusos…

Pero parece que el equipo de gobierno municipal no se toma tan bien que los ciudadanos se agrupen para plantear sus reivindicaciones. En el mejor de los casos les hacen el vacío a estas plataformas, las ignoran hasta extremos insospechados. En el peor, ponen en marcha toda su maquinaria de propaganda e intoxicación para desprestigiar a sus promotores en lugar de debatir con argumentos las propuestas. Siempre han tenido periodistas en nómina. Ahora que además tienen televisión, radio y el anonimato que conceden los comentarios en algunos programas y, sobre todo, en las webs de los periódicos es mucho más fácil y cómodo.

Por eso aún hay algunos gaditanos que prefieren aplicar aquello de “mejor no me meto en ná”. O lo que es más triste, algunos se agrupan para evitar que los identifiquen individualmente y tomen represalias. Porque Cádiz es muy pequeño y el equipo de gobierno municipal está esperando su momento para ajustar las cuentas. Si lo han hecho con los vecinos de Rafael Alberti. Si lo han hecho con Facua. ¿Qué no pueden hacer con un gaditano que se señala por reclamar lo que considera justo para sí o para la ciudad de Cádiz?

Hacer crítica de las decisiones políticas es sano y necesario en una democracia. Siempre que se quiera una democracia, claro está.

1 comentario:

Anónimo dijo...

I know this doesn't fit in here, but I can't wait to say that you remind me of Anthony Andrews, that british actor in the 80s I used to worship.

Terpsichore.