domingo, 18 de marzo de 2007

No a la guerra



Ayer se cumplió el cuarto aniversario del comienzo de la guerra de Irak. Cuatro años de mentiras y muerte que sumar a los muchos meses en los que Bush y sus secuaces, Aznar y Blair jugaron a la ceremonia de la confusión con la ONU y los ciudadanos del mundo.

Hace cuatro años millones de personas salimos a la calle para rechazar el uso de la violencia como excusa para garantizar el control del suministro de petróleo que pretendían los americanos invadiendo Irak. Cuatro años después, la situación sólo ha empeorado y los muertos en Irak se cuentan por centenares de miles.

Por eso, unos centenares de gaditanos salimos el sábado a la calle para rechazar la violencia, en general, y, en especial, cuando es utilizada como medio para hacer política. Convocados por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía la concentración defendía la paz como fundamento en la relación entre los Estados. Así lo expusieron todas las organizaciones que intervinieron desde el estrado.

Ese es también mi planteamiento: el rechazo más absoluto de la violencia. Me gustaría pertenecer a un Estado pacifista, un Estado que respeta los derechos humanos en su territorio y lejos de él, un Estado que no cree en la guerra. Un Estado que trae las tropas de vuelta desde Irak pero un Estado que también plantee el regreso de las tropas de Afganistán.

Irak está sirviendo como arma arrojadiza entre los principales partidos políticos. Unos hablan de terrorismo y otros responden con Irak. Esa instrumentalización perjudica el fondo del asunto: pedir la paz para los iraquies, exigir la retirada de las tropas americanas y una solución pacífica para evitar la guerra civil encubierta a la que unos y otros han condenado a Irak y están condenando a Afganistán.

POR LA PAZ. NO A LA GUERRA. NO A LA VIOLENCIA. NI MENTIRAS NI MANIPULACIÓN

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