Debate en Cádiz Centro
El viernes dejé mi ventana y me acerqué a la sede de la Asociación de Vecinos Cádiz Centro para ver el debate sobre el PGOU y el Casco Antiguo que protagonizaban los candidatos de los principales partidos a la Alcaldía de Cádiz.
Lo primero notable fue la ausencia de la más esperada: la alcaldesa Teófila Martínez prefirió Sevilla a la calle Doctor Dacarrete y no explicó todo lo que el PGOU que ha diseñado su equipo deparará al Casco Antiguo de Cádiz. Ante su ausencia el debate quedó cojo y falto de dialéctica.
Para colmo, el siguiente en orden de importancia, Rafael Román, planteó un discurso pobre, deslabazado, sin ideas,... Es lamentable que un partido como el PSOE no apueste en serio por buscar el cambio en el poder municipal de Cádiz y prefiera quemar a un candidato que tiene el techo muy bajo (dicho sin ironías). Su discusión con una de las ciudadanas que participaban resultó esperpéntica. Ante la crítica a una frase que la ciudadana decía que Román había pronunciado, Rafael se plantó como los niños pequeños en el colegio y, en lugar de pedir disculpas por un lapsus linguae, mantuvo que él no se había equivocado y que no había habido error alguno. De Rafael sólo me cabe destacar la humildad con la que afrontó el logro del segundo puente diciendo que era la obligación de los gobernantes, algo que, por cierto, contrasta con la campaña de publicidad que envió el ministerio de fomento a todos los gaditanos ese mismo domingo.
Por el contrario, estuvieron muy bien en sus intervenciones Sebastián Terrada y Ramón Sánchez Heredia que demostraron que van ganando en claridad expositiva y que pueden ser las verdaderas alternativas al bipartidismo gaditano.
Sin embargo, el espectáculo vino después. La intervención del candidato del CDL, Eduardo de la Pascua, tambien parecía más propia de una guardería que de un debate político. Se mantuvo de pie al lado de la mesa dando una imagen de niño repelente y enfadado que no creo que le sea beneficiosa. Además, cuando se le dio el turno de palabra no expuso nada, no planteó nada y se permitió descalificar a todos los demás diciendo que él era el único que llevaba ideas constructivas, aunque no las expuso. Muy pronto para empezar con la demagogia el ex contertulio de La Pachanguita.
También se enfadó Enrique Reina, el candidato del partido pachequista, pero como el chaval no tenia nada preparado prefirió no intervenir en una actitud más que sorprendente: fue a que lo dejaran participar, no le dejaron sentarse en la mesa, pero se mantuvo entre el público y cuando le dieron turno de palabra prefirió no hablar.
En definitiva, un acto interesante hasta que se abrió un particular circo en el que intervinieron personas perjudicadas por el alcohol, por otras sustancias o por el sectarismo y el gran debate acabó siendo la plaza multiusos, que por cierto, no va en el centro.
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