Salir corriendo y esconderse
Es bien sabido que en España el verbo dimitir resulta de muy difícil conjugación. Al natural apego alsillón que suele acompañar a todo político o cargo público se le viene uniendo una nueva teoría que pese a su carácter absurdo gana adeptos día tras día, bien como justificación de una decisión previa bien como verdadero argumento que une al "no dimisionario" a su puesto.
Dimitir ya no es reconocer la responsabilidad propia por una gestión inadecuada de la cosa pública. No. Ahora dimitir es salir corriendo y esconderse. Eso lo ha dicho hoy en su comparecencia pública en el Congreso de los Diputados la ministra Magdalena "Maleni" Álvarez.
En lugar de dar un paso atrás y permitir que otras personas con nuevas ideas, nuevos conceptos y nuevas ilusiones afronten unas circunstancias que, sin lugar a dudas, han superado las escasas capacidades de una política más adaptada a la bronca que a la gestión; ella dice que no, que se mantiene porque no es una cobarde.
Confundir cobardia con responsabilidad, búsqueda del conseso con escasez de argumentos, debatir con ceder, oponerse con gritar... Son males que acucian a la clase política gobernante. Y a la sociedad en la que vivimos. Aquí solo gana el más fuerte. Aunque no lleve razón. Oír las reflexiones que vienen del que no piensa como tú es un ejercicio muy recomendable para todos. En primer lugar para los políticos. Aunque esos eran otros tiempos, cuando el marketing y la política no eran la misma cosa.
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