jueves, 25 de octubre de 2007

Asco



Una gran arcada me sube desde el estómago cada vez que veo el vídeo que he copiado arriba. Pese al asco que me produce para la condición del ser humano ver como un individuo, de forma cobarde, golpea con violencia a una niña de 16 años sólo por ser distinta. Aprovecha la soledad del metro de Barcelona, el miedo de la menor, su superioridad física,... para exigir la propiedad privada del territorio ese al que unos llaman España y otros pocos Catalunya.

El asco me aumenta cuando pienso que este individuo está en la calle paseando por su barrio su "hombría" y su fama, mientras que un ciudadano italiano que zarandeó a dos concejales del Ayuntamiento de Cádiz lleva ya más de quince días en prisión. Está claro que para la Justicia española una agresión a una inmigrante, aunque venga condicionada por elementos de xenofobia, abuso de superioridad, alevosia,... es algo que se solventa con una falta, 60 euros, y cuando quieras vuelves por aquí. Algo muy distinto que si te atreves a tocar al poder establecido, y más si eres extranjero, porque entonces se te puede caer el pelo en prisión esperando a que se desarrolle un proceso que, seguro, será interminable.

Me aumenta el asco cuando pienso que la Fiscal encargada del caso no se personó en la vistilla y que ahora, cuando el escándalo ha saltado, sus jefes se rasgan las vestiduras y reclaman el reestudio del caso y solicitan una serie de medidas cautelares que han perdido todo su sentido y sólo se aproximan a la idea de venganza estatalizada ante su propia impotencia y la vergüenza internacional que un caso así genera y que la Ministro de Asuntos Exteriores de Ecuador se ha encargado de recordar en una visita urgente a España.

Pero el asco se aproxima al vomito cuando veo que el inidividuo en cuestión se pavonea ante los medios de comunicación de este maldito Estado español mientras que cuenta versiones increíbles de una historia que todos hemos visto. Es la nueva forma de hacerse famoso. Después de los Gran Hermano y demás, ahora llega la fama por pegarle a niñas de 16 años.

Y es que hay días que determinados individuos, ciertos jueces, muchos fiscales, bastantes políticos y demasíados periodistas me producen un ascoo insuperable al que no consigo habituarme.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es la cosa que tiene los nacionalismos que hablan de xulturas y demás y por detrás irradian zenofobia. Jueces metidos a políticos y esa cosa muy progre de protejer al delincuente y abandonar a la víctima. Dentro de poco veremos al muchacho en Tele5... al tiempo.