jueves, 18 de octubre de 2007

De mármol

A Juan Ignacio Plá (perdón señor Carod) hay alguien en el PSOE que no lo quiere muy bien. Eso es evidente. Si no, no se entiende que el grupo PRISA, adalid de los socialistas en el ámbito mediático haya iniciado una campaña tan evidente y, en parte, tan desmesurada por poco más de 78 mil euros en unas obras de reforma.

Parece, jugando a ser adivino, que alguien de dentro del partido les ha pedido que le hagan el trabajo sucio para lograr la deseada dimisión de Plá y recolocar las piezas socialistas en la Comunidad Valenciana. Así, a bote pronto, se me ocurre el nombre de Jordi Sevilla como damnificado por la no renuncia de Plá tras el fracaso electoral y, por tanto, beneficiado con la dimisión de éste.

La historia rememora otros momentos históricos de la relación PSOE-PRISA como la renuncia de Borrell y el rescate del derrotado Almunia por un quítame allá esos amigos o la dimisión de Txiqui Benegas por aquellas famosas conversaciones en las que se refería a Felipe González como Dios.

De todos modos, dejando a un lado el tema de luchas intestinas en el PSPV, resulta muy curioso ver cómo se las gasta un político que según el mismo ha dicho "se ha críado en un autobús". Obras de reforma en casa por más de 13 millones de pesetas. La cifra desde el punto de vista de la corrupción es insignificante, pero desde el punto de vista de unas obras de reforma me parece sobresaliente. De todo, lo más llamativo es esa famosa encimera de mármol glaciar. Del mismo mármol del que tiene la cara el señor Plá que dejó de pagar para que la empresa de construcción se cobrase a su manera.

Al margen de la oportunidad de sacar a la luz la información y de cuánto tiene de ataque personal, el tema demuestra hasta qué punto los políticos se separan de la realidad cotidiana de los ciudadanos a los que pretenden gobernar y se comportan como nuevos ricos. Comportamiento que es aún más censurable en aquellos políticos que se ponen la etiqueta de progresistas cuando van de campaña y después no son más que esnobs encutrecidos. Porque en mi casa no hay mármol glaciar. ¿Y en la tuya?

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