Rubalcaba
María Teresa Fernández de la Vega, pertrechada con traje pantalón de color rosa palo de cualquiera de esos diseñadores españoles que tanto gustan a la ¿progresía? femenina en el poder, extrae del bombo de los ministros el nombre de Alfredo Pérez Rubalcaba.
Del otro bombo, el de las provincias sin políticos socialistas con la entidad suficiente para encabezar la lista del PSOE al Congreso, Zapatero, con el traje de parecer enrollado los domingos (camisa clara y chaqueta marrón, sin corbata), saca el nombre de Cádiz.
¡¡Albiricias!! Nos ha tocado un ministro. Nada más y nada menos que el cántabro Alfredo Pérez Rubalcaba con una importantísima vinculación con Cádiz como ya se encargarán de recordar El País y la Cadena SER dado que hay una foto suya en el Restaurante Blanco y Verde de Conil (muy recomendable su atún, por cierto).
Podría haber sido peor. Nos podía haber tocado en el sorteo, como a los murcianos, Mariano Fernández Bermejo, el terror de los jueces, los fiscales y todos los que amamos el Derecho. El siempre impertinente Mariano ha caido agraciado en Murcia. Lástima. Con lo irónico, ácido y robespierino que es Bermejo, habría caído muy bien en cierto sector del socialismo gaditano.
Lo que está claro es que, desde la desaparición del Alfonso Perales, en Cádiz el PSOE no tiene políticos con el nombre, la categoría y el tirón necesarios para liderar un proyecto que ellos consideran ganador. Ni Rafael Román, ni Carmen (Polo) de González,... nadie ha hecho méritos suficientes para ser el número uno para el Congreso y eso nos deja en esta tesitura de que el primer encargado de representar a los ciudadanos de la provincia de Cádiz no es capaz de distinguir Alcalá del Valle de Alcalá de los Gazules.
Lo que está claro es que, desde la desaparición del Alfonso Perales, en Cádiz el PSOE no tiene políticos con el nombre, la categoría y el tirón necesarios para liderar un proyecto que ellos consideran ganador. Ni Rafael Román, ni Carmen (Polo) de González,... nadie ha hecho méritos suficientes para ser el número uno para el Congreso y eso nos deja en esta tesitura de que el primer encargado de representar a los ciudadanos de la provincia de Cádiz no es capaz de distinguir Alcalá del Valle de Alcalá de los Gazules.
Al final, el duelo en las urnas en la provincia de Cádiz lo jugarán dos cántabros. Rubalcaba contra Teófila. Eso no es nuevo. Hace ya muchos años que los chicucos monopolizan el comercio en Cádiz. Ahora les toca a estos dos vendernos humo.
1 comentario:
De acuerdo en todo lo que dices menos en eso de vendedores de humo. No sé que venderá Rubalcaba, me lo imagino, dada su gran "sinceridad", pero la Teo, que también tiene sus cosillas, ha vendido algo más que humo.
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