Déjà vu
Campaña electoral: día 11.
Esta campaña electoral pasará a la historia como la del debate Zapatero-Rajoy. "El debate" y no "los debates" porque el de ayer fue excesivamente parecido al del lunes anterior. Si no llegan a cambiar de moderador, alguien habría puesto el cartel de redifusión en la esquina superior derecha de la pantalla.
- La mala jugada de Llamazares: Izquierda Unida, CiU y PNV plantearon horas antes de la repetición del debate su suspensión ante el Tribunal Supremo. Fallaron en el cálculo. No esperaban los políticos que los jueces fueran tan rápidos para tumbar su recurso antes de que se celebrase el cara a cara. Curioso lo de IU que rechaza la judicialización de la vida política pero después tiene arrestos para acudir al Supremo de forma torticera a sembrar la duda sobre el debate. Coincido con el planteamiento de los recurrentes pero, como dicen los magistrados, hace mucho tiempo que se sabe lo del debate como para acudir por la vía de urgencia la mañana antes de que se celebre. Quizá si se hubiera planteado el recurso cuando se empezó a hablar del tema... Pero eso habría sido hacer las cosas bien.
- Las diferencias del debate: Olga Viza, la posición y el traje de Rajoy que esta vez era de su talla y no de su primo el cortete. Las diferencias con el debate anterior fueron meramente formales. Las diferencias de contenido fueron pocas o muy pocas. De nuevo terrorismo, guerra de Irak, 11-M, el precio de la leche y, por supuesto, la niña de Rajoy. Y mucho enfrentamiento. Del más huero y rancio.
- Palabras gruesas: De nuevo el debate estuvo coronado por palabras rimbombantes y bastante gruesas. Mucha falsedad, mentira, ni-ideismo, demagogia, absolutismo,... ZP sacó la cuenta de muertos de ETA para defender su política antiterrorista algo que ha soliviantado a la derecha. Y Rajoy se metió en un jardín iraquí acusando a ZP de defender la intervención militar de Irak. Si al final se confirman los resultados de las encuestas, alguien en el PP tendrá que presentar la dimisión para expurgar las culpas de quienes llegaron a la campaña a un punto de su rival y la acaban a más de cinco.
- Ganó ZP: En este segundo debate la victoria de ZP ha sido clara. Por la mínima, pero clara. Se mostró más cercano y se sacó el golpe de efecto del libro blanco con el que estuvo dando la lata durante toda la noche. Pero, sobre todo, ganó porque es bastante más telegénico que Rajoy. En tiempos donde cada vez importa más la imagen y menos el discurso y el contenido la cara de ZP ofrece muchos más votos quela de Rajoy y hace coinciir a los españoles en su victoria en el debate. Aunque después el contenido haya sido tan pobre por derecha como por izquierda.
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