Reflexiones andalucistas
Hay ciertas cosas que sólo se pueden decir a toro pasado. No es ventajismo, es simple lógica porque un análisis coherente de la situación antes de que se produzcan los resultados resulta entre aventurado y kamikaze. Sin embargo, algo hacía prever que la debacle andalucista del 9-M estaba cantada. Lo preveíamos y se produjo, pero ahora cabe hacer una pequeña reflexión sobre el varapalo.
¿Por qué la Coalición Andalucista se la ha pegado de esa forma tan estrepitosa en las últimas elecciones? Para algunos el tsunami bipartidista que tanto le gusta a Llamazares sirve de excusa para la hecatombe. Parece cuando menos interesada esta explicación porque el bipartidismo justificaría que la Coalición se la pegara en las elecciones generales, pero queda corto para el gran batacazo que supuso quedarse fuera del Parlamento andaluz, sobre todo teniendo en cuenta que Izquierda Unida en Andalucía no ha sufrido ese desgaste en las autonómicas. En resumen, que el pueblo andaluz no es tan tonto como algunos quieren ver y saben distinguir a lo que votan.
Las razones, todas las demás. Para empezar la unión entre PA y PSA. Se ha demostrado que en política no siempre 1+1 suman 2 y que los votos de PA y PSA no han dado como resultado más votos en Coalición Andalucista sino todo lo contrario porque si llevas ocho años diciendo de todo sobre otro partido, cuando te unes a él pierdes un 80% de tu credibilidad o más.
Tampoco ha ayudadao la elección del cndidato puesto que Julián Álvarez ha demostrado ser un personaje en cuyo diccionario la palabra carisma aparece en blanco. Además, su esfuerzo por deshacerse de todo lo que pudiera hacerle sombra ha conducido a la descapitalización de la Coalición. Tampoco las alianzas logradas han dado ningún fruto. ¿Para qué sirve atraer a tu seno al Foro de Pimentel o a Luis Carlos Rejón si ni uno ni otro son capaces de alzar la voz para defender el proyecto?
Aunque la gran duda llega en este punto. ¿Había proyecto? Parece claro que la gente pensó que no. La Coalición parecía una huida hacia delante sin definición política que ha propiciado el desangramiento del andalucismo por la derecha popular y por la izquierda hacia IU. Puestos a construir un proyecto nacionalista tomando como referencia el anticatalanismo, los andaluces han preferido a la esencia anticatalanista que supone el Partido Popular. Y si se trata de mantener un proyecto social, de izquierdas parece que el de Izqueirda Unida presenta menos fisuras.
La solución. Un proyecto, un buen candidato, una buena campaña. Quizá quimeras teniendo en cuenta que parece que se han acabado todas las chucherias del kiosko. Quizá pueda servir la refundación. Es sólo una posibilidad tan compleja como remota. Lo que si está claro es que Alvarez debe dimitir. Y si no, que los andalucistas lo echen en el próximo Congreso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario