Monstruos en prisión
Supongo que debe ser muy duro perder a tu hija (hermana, nieta, sobrina) cuando sólo tiene cinco añitos. Más duro debe ser si esa niña muere en las sátiras manos de un hombre degenerado que ve en su pequeño cuerpecito un objeto erótico de atractivo irresistible. La dureza debe ser, por tanto, extrema cuando se sabe que ese sujeto anda en la calle por culpa de una serie concatenada de errores judiciales.
No creo que haya mucho consuelo tampoco para esos hijos/nietos que han sufrido una vida encerrados en el semisótano de la casa de un sanguinario hijo de puta que ocultaba el producto de un alma tan sucia que no hay prisión que la pueda limpiar.
Entiendo que para quien ha sufrido algo así no haya condena suficiente con la que ese monstruo pueda pagar en prisión quince, veinte o treinta años si algún día puede salir de prisión y volver a cometer un delito similar al que cometió. Entiendo que esas personas pidan la cadena perpetua para los verdugos de sus sueños y su ilusión. Son víctimas y su dolor puede negar su razón.
Sin embargo, no comparto quienes desde la frialdad ajena del observador imparcial también exigen condenas infinitas para esas personas esgrimiendo la irreparabilidad de sus degeneraciones de conducta. No creo que sea un criterio a esgrimir para regular la duración de las condenas la reversibilidad de los comportamientos que las han propiciado. Aplicando el mismo criterio en sentido contrario, para un alcalde corrupto bastaría que se le inhabilitase en su condición de alcalde o al maltratador que se le prohibiera volver a casarse o al ladrón de bancos que se le impida acercarse a ninguno de ellos.
La construcción de nuestro Estado democrático, social y de Derecho ha superado criterios punitivos anticuados que descendieron de la pena de muerte a la cadena perpetua y ahora se maximiza con una pena de treinta años, que ya es una vida. Porque, puestos a exigir endurecimiento, ¿por qué sí la cadena perpetua y no la pena de muerta?
Yo no firmaré nunca una petición como la de los familiares de Mari Luz por la reinstauración de la cadena perpetua, sea cual sea el caso que la origine. entiendo su dolor, pero desde el dolor no se puede legislar. Porque el dolor nubla los sentidos. Y que no me digan que esos criminales entran por una puerta y salen por otra. Que miren al pobre de Ricardi, que se ha chupado trece años por una violación que, según todos los indicios, no cometió. Y los que le quedan. Aunque ese error se puede reparar, porque, por suerte, nuestra Cosntitución prohibe la pena de muerte.
1 comentario:
"Que miren al pobre de Ricardi, que se ha chupado trece años por una violación que, según todos los indicios, no cometió. "
Entonces para evitar estos casos, mejor protegemos al delincuente no ?. Pobrecitos ellos, si solo violan y matan. Victimas de una sociedad injusta. Porque no me dirás lo injustas que son las victimas con los delincuentes ?.
alfon
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