Corbacho mete la pata
Anda la semana movida con el tema de la inmigración. Las noticias que llegan no son nada alentadoras y el mensaje que se destila desde aquellos a quienes mantenemos como asalariados para solucionar problemas contribuyen precisamente a ahondar en los problemas.
Entre estos últimos destaca como nadie el ministro Corbacho. El ministro con el mismo apellido que el showman (¿o era al revés?) se desmarcó el jueves avisando con que cerraría el grifo de las contrataciones en orígen de inmigrantes. La lógica del hombre que nunca debió dejar de ser alcalde de el Hospitalet de Llobregat era aplastante: "si no hay trabajo para los españoles, no vamos a traer a trabajadores de fuera", dijo en un comentario más propio de alguien que se ha tomado dos coñacs con sus amigos en la barra de cualquier bar de la periferia de una gran ciudad que de un ministro.
Porque un ministro debe manejar datos para saber que la contratación en origen está recluida, normativamente, a aquellos empleos en los que no hay mano de obra suficiente en el mercado laboral español. También debería saber que la contratación en orígen no es plato de buen gusto para ninguna empresa si se tramita, como ocurre hasta ahora, dilatándose el procedimiento en torno a los nueve meses desde que se solicita al trabajador hasta que este está disponible para ser afiliado a la Seguridad Social.
Igualmente, como miembro del Gobierno, debería saber que todo la lógica del entramado de inmigración de su partido se basa en la contratación en origen. Sus restrictivas políticas en materia de regularización, concesión de asilo y trato a los inmigrantes en situación irregular se basan en oponerlos a esa clase de inmigrantes "buenos" que se incorporan a España por esa vía dorada que es la contratación en orígen. Si el Ejecutivo decide cerrar a cal y canto la contratación en orígen, el Gobierno pierde su justificación comparativa y la coherencia (real o fingida) del sistema.
Tan es así, que este aprendiz de demagogo tuvo que desdecirse al día siguiente ante la insistencia de la vicepresidenta del Gobierno y la presión sindical, empresarial y social. Según él, lo que había querido decir era que sólo se podría contratar en origen para aquellos empleos en los que no hubiera mano de obra española disponible. ¡Nos ha jodido!, con perdón. Para eso no necesitamos a Corbacho ni a nadie, porque eso ya lo establece el artículo 50.a) del Reglamento de Extrnajería.
Es decir, que el ministro ha generado un perverso debate para acabar con la conclusión de que en España, de aquí en adelante, se van a respetar las normas. Como hasta ahora. Con la nefasta consecuencia de que ha vuelto a situar a la inmigración en el ojo del huracan de unas tasas de desempleo que se multiplican mes a mes y contra las que él, ministro responsable, sólo sabe objetar aquello de la crisis global y lo del ladrillo.
Si es tan así, pues nos ahorramos el sueldo de un ministro de Desempleo y Policia Migratoria. Y de camino nos ahorramos algunos disgustos.
1 comentario:
No solo eso, si tanto es asì tambien nos podrìamos ahorrar el sueldo de nuestro presidente y los 25 millones de euros que nos cuesta su prole, pues como acaba de decir el problema español es ùnica y exclusivamente causada por EEUU, por lo cual pa què carajo lo queremos a èl, deberìamos ir tomando nota y pedir a EEUU nos dejen votar en su pròximas elecciones y a cambio que ellos nos saquen del apuro, si son los culpables que sean ellos los que nos den las soluciones.
Saludos!!
Raul Junquera.
Publicar un comentario