miércoles, 4 de marzo de 2009

Todos NO somos Marta

Vaya por delante que siento muchísimo el dolor de la familia de Marta del Castillo. Perder a una hija tiene que ser una de las cosas que más pueden herir la vida de una persona. Romper el lógico desarrollo de los acontecimientos vitales y que una hija muera antes que sus padres debe dejar una sensación de vacio existencial insoportable. Si esa muerte se debe a la acción violenta de un desalmado, el dolor se transforma en frustración y en odio.


Dicho esto, no puedo entender el papel de "referente moral" que ha adquirido la familia de Marta del Castillo en el último mes. Es muy común en este país conceder a las víctimas una voz privilegiada a la hora de expresarse en relación con el desarrollo de las cuestiones del ordenamiento penal español. Sin embargo, desde mi punto de vista, una víctima tiene poco que decir en la organización de la justicia penal en un Estado democrático.

Sé que lo que voy a decir es políticamente poco correcto y que, si alguien sigue leyéndome después de mis dos meses de abandono, puede censurar mi opinión, pero yo no lamento especialmente la muerte de Marta. No más, por ejemplo, que la del trabajador que murió en Riba-roja hace unos días o, por supuesto, que la de miles de africanos anónimos que se dejan la vida en cualquier punto de la tierra o el mar entre Malí y Tarifa.

Cuando una mujer con dos hijos es maltratada repetidamente y no se atreve a denunciar tiene y tendrá siempre mi apoyo. Pero cuando una chica de 17 años que no tiene más compromiso que vivir y labrarse un futuro, se enamora del out of law, del malo de la película, del gamberro peligroso está jugando con fuego. Y Marta se quemó. Con todo el dolor de mi corazón y, sobre todo del de sus padres. 

Pero ella no es un ejemplo. No es un símbolo. Para mi no, por lo menos. Y no creo que por una muerta (una más, una de tantas) sea la razón para modificar nuestros principios fundamentales y tratar de solucionar todo con la cadena perpetua. 

¿Alguien piensa de verdad que ese malnacido que mató a Marta se lo habría pensado mejor por temor a la cadena perpetua? ¿O es que lo único que buscamos venganza? Porque ese es el gran problema de que sean las víctimas las que tengan el altavoz cuando toque debatir sobre cuestiones penales. Que la cuestión se reduce a la venganza.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegro de "verte" otra vez por aquí.

Tienes toda la razón. Coincido en que jugaba con fuego y se quemó. Es esa cosa que tienen algunas mujeres de irde justamente con el menos indicado... y a sabiendas.

Pero creo que lo de la cadena perepétua o, al menos, que cumplan íntegramente las penas. Lo jode mucho es que penas de 20 o 30 aós se queden en 10.. por decir algo. Raro, rarísimo, y tú lo sabes mejor que nadie, es el pederasta, asesino o violador que se integra en la sociedad.

Saludos.
alfom,

raùl junquera dijo...

No, si en este bendito país le vamos a abrir las puertas a una Ministra Ecuatoriana para que venga a darnos lecciones de moralidad, civismo y antiracismo cuando una menor se llevó dos patadas en el metro de Barcelona y a los padres de Marta le vamos a quitar el protagonismo, no me parece muy lógico tu planteamiento, también los subsaharianos juegan con fuego cuando cruzan el estrecho y no por eso se debe justificar sus muertes, las mujeres maltratadas repetidamente también están jugando con fuego, pues al primer maltrato deben salir y denunciar, si no lo hacen ellas solas se queman y es precisamente por el compromiso que tu dices que debia tener Marta por lo que esas mujeres deben dejar de "jugar con ese fuego al que tu aludes", por el compromiso de esos hijos a que se labren su futuro sin violencia en su casa a pesar de que no tengan al padre cerca...

Marta es un ejemplo, es un símbolo, como lo es Mary Luz, Yeray, Sandra.. Son a sus familias a las que debemos escuchar para saber cuanto daño hacen esos malnacidos y así aplicar penas justas, y si ellos con su dolor demuestran que la pena justa es la cadena perpetúa así debería ser.

SALUDOS!!!!

Anónimo dijo...

No soy muy dada a dejar comentarios, pero me sorprende tanto lo que he leído que no puedo aguantarme. No voy a entrar en el si o no a la cadena perpetua, pero me duele enormente el tono en el que dices que Marta (Juana, Sofía o fulanita) como se enamoró de un chulo, pues nada que se joda. Porque eso es lo que se desprende de tus palabras. De la misma manera se podría opinar del subsahariano que muere en una patera ¿no?
Son muchas las chicas y mujeres adultas asesinadas y mientras que no llamemos a las cosas por su nombre y empezemos a analizar la realidad con claridad nos seguiremos perdiendo con discursos y opiniones con las que culpabilizamos a las víctimas. Marta y todas las desgraciadas que han sido asesinadas no tienen otra culpa que haber encontrado en su camino a un sinvergüenza machista y dominador, que cree que ser hombre es poseer, controlar, ordenar y disponer del tiempo, el cuerpo y la vida de su pareja. Señores el machismo MATA, el año pasado fueron noventa y tantas. Y los varones que no maltratan (que afortunadamente son la mayoría) deben gritar alto y plantar cara al machismo y a los crímenes machistas. De lo contrario volveremos a escuchar que cuando Fulanito haya matado a Sutanita pues... algo habrá hecho ella.

Anónimo dijo...

No estoy de acuerdo con nada de lo que dices, ni siquiera en el título. Porque TODAS somos Marta.

Ana Barea (La Línea) dijo...

Me quedo con la idea de tu planteamiento. Hoy día parece que no hay límites y que todo y todos valen. Soy profesora de adolescentes y lo que describes lo veo día a día. Jóvenes que sabes dónde van a terminar (o ya están) y ni la sociedad los censura (porque todos somos muy progres) ni les hemos dado las herramientas para el autocontrol.
Entiendo que un adolescente tiene un componente de rebeldía que le hace desconfiar de lo aconsejado por los padres o profesores, pero el hecho de que socialmente TODO esté, no bien visto, pero sí permitido y no censurado, hará que niñas como la que describe sigan jugando con fuego.
Por mi parte, y siendo muy optimista te diré que no le veo solución.
Me gusta tu blog.