De luto
Abro mi ventana para ponerle un crespón negro y vestirla del luto simbólico que nos embarga a los que amamos el arte de unir las palabras con cadencia, dulzura y sentido después de saber la pérdida de Mario Benedetti.
Él, como gran poeta que fue, nunca morirá, porque su palabra siempre resonará en la pequeña historia de la vida de muchos de nosotros. Lo conocí, como conocí tantas cosas de mi infancia, gracias a Serrat y su reclamo de que el Sur también existía. Aquel disco de vinilo sonó entre sensible y revolucionario, como era Benedetti, miles de veces en mi viejo aparato Philips. Hoy, en MP3 rescataré su canción más conocida:
Al cabo de los años, sin yo saberlo, sus palabras vovlerían a alcanzar una trascendencia fundamental en uno de los días más felices de mi vida. Gracias al amigo Sebastián, este poema me provoca una de esas sonrisas bobas y perennes que unas letras pueden provocar cuando alcanzan la categoría de recuerdo imborrable:
Ustedes cuando aman
exigen bienestar
una cama de cedro
y un colchón especial
nosotros cuando amamos
es fácil de arreglar
con sábanas qué bueno
sin sábanas da igual
ustedes cuando aman
calculan interés
y cuando se desaman
calculan otra vez
nosotros cuando amamos
es como renacer
y si nos desamamos
no la pasamos bien
ustedes cuando aman
son de otra magnitud
hay fotos chismes prensa
y el amor es un boom
nosotros cuando amamos
es un amor común
tan simple y tan sabroso
como tener salud
ustedes cuando aman
consultan el reloj
porque el tiempo que pierden
vale medio millón
nosotros cuando amamos
sin prisa y con fervor
gozamos y nos sale
barata la función
ustedes cuando aman
al analista van
él es quien dictamina
si lo hacen bien o mal
nosotros cuando amamos
sin tanta cortedad
el subconsciente piola
se pone a disfrutar
ustedes cuando aman
exigen bienestar
una cama de cedro
y un colchón especial
nosotros cuando amamos
es fácil de arreglar
con sábanas qué bueno
sin sábanas da igual.
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