miércoles, 21 de octubre de 2009

Casi on air: La semana contra la pobreza

Este jueves no se emitió mi columna semanal en el Hoy por Hoy porque entre Rajoy y la corrupción y la concejala de vivienda de Chiclana y las viviendas ilegales me quedé sin espacio en la SER. Dos temas que están entre mis preferidos pero que me dejaron fuera de onda. De todas formas, la columna estaba grabada con anterioridad, así que la publico aquí igualmente.


Esta es la semana contra la pobreza y el hambre. Por unos días los medios de comunicación se centran en la tragedia que vive la sexta parte de la población mundial, unos mil millones de personas que sufre las consecuencias de la pobreza severa y el hambre.

El continente africano es el gran protagonista a la hora de hablar de hambre y miseria. La pobreza de sus calles es la gran responsable del ansia migratorio que recorre las entrañas de África. Sin embargo, el mundo rico, en lugar de plantearse un reparto más equitativo y justo de la riqueza, responde a esta necesidad que sienten los jóvenes africanos con barreras y fronteras cada día más altas, cada vez más infranqueables. Pero no hay muros suficientes para contener el hambre y los africanos siguen buscando un futuro mejor mediante la emigración, aunque sea arriesgando sus vidas en una temible travesía marítima.

Pero no hay que irse tan lejos para ver las secuelas de la miseria y la pobreza. En un estudio de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucia se señalaba que en la ciudad de Cádiz había 13.130 personas en los umbrales de la pobreza y 8.567 en situación de pobreza absoluta. No son sólo aquellos que vemos por las calles durmiendo entre cartones, sino que dentro de muchas casas se vive la tragedia de ir a la cama sin cenar.

El perfil era, principalmente, el de ancianos jubilados, con pensiones mínimas, principalmente mujeres, porque la pobreza, como los grandes padecimientos de nuestra sociedad, también tiene nombre de mujer. Pero este estudio resulta ahora inexacto puesto que se realizó antes de que nos sumiéramos en la crisis planetaria que, como podemos percibir en nuestras calles, ha profundizado en las situaciones de miseria y necesidad.

Porque al final, la crisis sólo está sirviendo para acrecentar esa brecha enorme entre quienes tienen mucho y quienes no tienen nada. Decía un poeta que los ricos son más ricos, los pobres son más pobres y cada vez hay más policia en la calle. Quizá por eso y como una ironía del destino la semana contra la pobreza comenzó con un desfile militar. Una demostración obsoleta de fuerza y patrioterio por si a alguien se le ocurre proponer esa rebelión necesaria que cambie por fin las cosas. Porque hay que rebelarse contra la pobreza.

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