jueves, 5 de noviembre de 2009

On air: Las bicicletas no son para Cádiz

Esta semana en el Hoy por Hoy Cádiz el principal debate ha sido el de los ciclistas. En mi columna de hoy, yo me he posicionado. Por supuesto a favor de las bicicletas y de su utilización. Algunos palos me han caido en la línea directa. También algunos comentarios a favor. De todas formas, estoy acostumbrado a ser minoritario. Por eso, no dudo en reproducir mi comentario:


Hasta la semana pasada me tenía por un buen ciudadano. Erróneamente, creía que lo de separar el papel, los envases y los restos orgánicos, pagar mis impuestos, no tener la música alta por la noche o llevar los aparatos eléctricos viejos hasta el punto limpio de la Zona Franca me permitían mantener con cierto orgullo mi condición de vecino de la ciudad más antigua de Occidente. Me equivocaba.

Lo descubrí la pasada semana escuchando, como siempre y no es peloteo, el Hoy por Hoy Cádiz. Resulta que para muchos de mis vecinos soy un peligro, un asesino en potencia, un hombre que pone en riesgo la seguridad de ancianitas y la tranquilidad de jubilados, prejubilados, parados y demás estirpes que pueblan las calles de Cádiz. No yo, Diego Boza, por mi mismo, claro está, sino uno de los grupos a los que pertenezco. Porque entre las muchas cosas que no debería ser, una de ellas es ciclista en Cádiz.

Resulta curiosa la reacción de mis conciudadanos a la presencia de las bicicletas en las calles de Cádiz. Yo que creía que lo de montar en bicicleta era algo sano, moderno y que contribuía a una movilidad sostenible me encuentro con las viejas hogueras para los herejes que desafiamos la tiranía del automóvil en Cádiz. Unos que, como yo, arriesgamos todos los días sorteando coches por la avenida y otros que no se atreven a tanto y prefieren, por su seguridad atrincherarse en las aceras. Todos somos un peligro, el principal mal del transporte de esta ciudad.

Se nos señala como extraños porque preferimos las dos ruedas, los pedales y el esfuerzo a la comodidad contaminante y asfixiante de un coche. Pero los entiendo. Yo entiendo a quienes llaman criticando a los ciclistas en Cádiz. Son los mismos que aplauden un segundo puente para que vengan más coches, aunque no sepamos donde ponerlos. Son los mismos que caminan por el absurdo carril bici de la avenida Juan Carlos I y te gritan si les pides que se aparten. Son los que no han viajado a Italia, Alemania o Suecia y han visto la convivencia del peatón, la bicicleta y el automóvil con carriles bici que, realmente, permiten ir de un sitio a otro. Ellos ven cada vez más bicicletas en las calles y tienen miedo. Pero yerran la crítica. Porque los auténticos culpables no somos los que hemos apostado por la bicicleta como medio de transporte, sino los políticos que no han entendido el mensaje y se empeñan en hacer una ciudad secuestrada por los coches.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tienes razón con lo de la bicicleta. Es todo un reto ser ciclista en Cádiz. Y suerte tiene uno sino lo atropellan.