lunes, 8 de febrero de 2010

On air: Las cosas de las Procasa

Estos días los beneficiarios de algunas de las viviendas de Procasa han vuelto a poner el grito en el cielo. Techos que se caen, manchas de humedad en viviendas que sólo tienen tres años. Y, sobre todo, unas condiciones de venta que poco tienen que ver con lo prometido. Por eso, mi columna del jueves la dediqué a Procasa y sus cosas.


La idea de reactivar el centro histórico de Cádiz a través de promociones de viviendas en alquiler con opción a compra para menores de 35 años me parece excelente. En una ciudad en la que el acceso a la vivienda supone una pesada carga que expulsa a gran parte de sus jóvenes, las instituciones deben implicarse en este problema.

Por eso, en principio, el programa que el Ayuntamiento de Cádiz realizó a través de PROCASA debería obtener una calificación favorable. Pero no es así. Y no lo es porque la gestión que la Empresa Municipal de Vivienda está realizando de este programa es nefasta.

El martes algunos de los afectados hicieron públicas las deficiencias que han encontrado en la gestión de PROCASA. No son los primeros. Hace casi cuatro años, este que, con su voz y con su firma, sella la columna de opinión de los jueves en el Hoy por Hoy Cádiz, ya denunció, personalmente las falsedades del programa.

En mi caso, la vivienda que me adjudicaron distaba mucho de las condiciones que se prometían en las bases. En el caso de quienes han difundido sus quejas esta semana, los problemas se refieren a la forma y los precios en la ejecución de esa opción de compra de la que constaba su adjudicación. Eso sin contar a quienes, seis años después de haber sido agraciados en el sorteo, aún están a la espera de la vivienda prometida.

Recuerdo que días después del sorteo en el que salió la bolita con mi nombre me encontré a uno de los empleados de Procasa al que conocía de antes. Le planteé mis dudas sobre el programa. ¿Qué pasa si cambian mis circunstancias familiares? ¿Qué ocurre si las rentas superan los máximos o descienden por debajo de los mínimos? ¿Cuánto costará la propiedad de los pisos? En su respuesta me dejó entrever que nadie en Procasa se había planteado esas cuestiones y que se irían resolviendo sobre la marcha.

Por eso, no me extraña que, pasados los años, aquellos problemas que yo me imaginaba se hagan hecho realidad a tantos adjudicatarios. Tampoco me extraña que hayan tenido que hacerlo público si el trato que han recibido de Procasa ha sido tan desdeñoso y ruin como el que recibí cuando traté de plantear mis quejas.

En su momento, yo me planté en los tribunales. En abril tendremos el juicio. Para mi no conseguí nada pero sí que logré que Juancho Ortiz y sus chicos no concedieran ninguna otra vivienda de treinta metros cuadrados. Ahora son otros adjudicatarios los que elevan su voz para denunciar la nefasta gestión de una empresa pública más preocupada por la imagen que por resolver problemas.

Ánimo y buena suerte, amigos. La vais a necesitar porque dentro de poco os atacarán por todos lados. Como hacen los que mandan en esta ciudad a quien saca los pies del tiesto. Y sé bien de lo que hablo.

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